8.19.2013

Estrenemos escuela (el origen del plantel U-2) Parte 1: Los años en el ‘Mausoleo’



Desde su creación en 1982, el Plantel U-2 del Colegio de Bachilleres de Puebla tenía el anhelo de contar con un plantel propio, pues en sus albores, la escuela operó en la planta alta del antiguo edificio de la Normal del Estado, ubicado en la 11 sur, entre las avenidas 11 y 13 poniente.


"El Mausoleo", como lo rebauticé tras los primeros meses de tomar clases en sus viejos salones y sus antediluvianos pupitres, fue donde el U-2 fungió en calidad de "huésped" en sus primeros 8 años de existencia.

 

Casi toda el ala este del segundo piso y una parte del sector suroeste eran "nuestros dominios", a los cuales llegábamos subiendo unas inmensas y oscuras escaleras, tan oscuras como los salones en los meses de invierno, cuando tomábamos clases a las 7:00 y solíamos llegar antes de que el sol se asomara.
 

Pero el colegio era como un "arrimado" en la Normal, donde tenía que convivir con una escuela primaria que ocupaba la planta baja y a cuyos patios los alumnos de Bachilleres no podían pasar hasta que no hubiera un solo niño de la escuela elemental, a eso de las 13:30 horas, cuando al fin podíamos bajar a cascarear. Con el riesgo de equivocarme, pero creo que hasta un jardín de niños había entrando a la izquierda en el patio del gran árbol.



Además, durante los veranos, el U-2 tenía que "mudarse" pues la Normal hacía uso de los salones para la impartición de cursos para el magisterio y pues como las instalaciones no eran propiedad de Bachilleres, pues a buscarse dónde operar. La Secundaria Venustiano Carranza, esa que está en la esquina que forman la avenida 25 poniente y la calle 17 sur era la sede veraniega del U-2. Ahí presenté mi examen de admisión y acudí a un curso de inducción, semanas antes de poder pisar el "Mausoleo" por primera vez.



Desde el primer semestre, además de las cuotas normales, había una especial, que se llamaba algo así como "pro construcción del plantel propio", algo que sonaba a sueño guajiro para una escuela pública que llevaba, para ese entonces, 6 años operando como Dios le daba a entender en el edificio de la Normal.



Durante 3 semestres aprendí a viajar al Paseo Bravo para tomar clases, a nadar entre un mar de pequeños mozalbetes cuando me tocaba salir al mismo tiempo que la primaria, a tratar de usar unos laboratorios que parecían haber sido escenario de la tesis del Doctor Frankenstein y a aprovechar los raros momentos en que el sol se colaba al segundo piso del "Mausoleo" para no morir de frío.

 

Pero por increíble que nos pareció en las postrimerías de 1989, la maldición no era para siempre...

 

En la siguiente entrega: De Excursión al Suburbio

1 comentario:

Edith dijo...

tienes toda la razón con respecto al edificio de la Normal solo que antes de la Venustiano al menos los dos primeros veranos de las generaciones del 82 y 83 las pasamos en una secundaria la NO. 13 que esta en la colonia del maestro cerca de Plaza San Pedro ya para cuando estaba por salir en el último año es cuando fuimos a la Venustiano y a partir de ahí todos los veranos hasta llegar a su plantel actual